Después de algún tiempo aprendí la diferencia entre dar la mano y socorrer a un alma.Aprendí que amar no significa apoyarse, y que compañía no siempre significa seguridad. Comencé a aprender que los besos no son contratos, ni regalos, ni promesas...
Comencé a aceptar mis derrotas con la cabeza erguida y la mirada al frente, con la gracia de un niño y la tristeza de un adulto, y aprendí a construir hoy todos mis caminos, porque el terreno de mañana es incierto para los proyectos y el futuro tiene la costumbre de caer en el vacío.
Después de un tiempo aprendí que las personas buenas podrían herirme alguna vez, y yo necesitaré perdonarlas. Aprendí que hablar puede aliviar los dolores del alma. Descubrí que lleva años construir confianza, y apenas unos segundos destruirla y que yo también podré hacer cosas de las que me arrepentiré el resto de mi vida.
Aprendí que las circunstancias y el ambiente que nos rodea tienen influencia sobre nosotros pero nosotros somos los únicos responsables de lo que hacemos. Aprendí que si no controlas tus actos, ellos te controlarán y que ser flexible no significa ser débil o no tener personalidad, porque no importa cuán delicada y frágil sea una situación: siempre existen dos lados.
Comencé a aprender que no nos debemos comparar con los demás, salvo cuando queramos imitarlos para mejorar. Aprendí que héroes son las personas que hicieron lo que era necesario, enfrentando las consecuencias. Aprendí que la paciencia requiere de mucha práctica. Descubrí que algunas veces, la persona que esperas que te patee cuando te caes, tal vez sea una de las pocas que te ayuden a levantarte.
Aprendí que nunca se debe decir a un niño que sus sueños son tonterías, porque pocas cosas son tan humillantes y sería una tragedia si lo creyese, porque le estarías quitando la esperanza.
Descubrí que sólo porque alguien no te ama de la forma que quieres no significa que no te ame con todo lo que puede, porque hay personas que nos aman, pero no saben como demostrarlo. Aprendí que el tiempo no es algo que pueda volver hacia atrás, por lo tanto, debés cultivar tu propio jardín y decorar tu alma, en vez de esperar que alguien te traiga flores.
Y aprendí que el amor no significa acostarse. Que los regalos no son promesas y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos. Y después de un tiempo uno aprende que, si es demasiado, hasta el calor del sol puede quemar.
Y uno aprende que realmente puede aguantar, que uno es realmente fuerte, que uno realmente vale, y uno aprende, y aprende... y así cada  día. Con el tiempo comprendí que solo quien es capaz de amarte con tus defectos sin pretender cambiarte, puede brindarte toda la felicidad. Con el tiempo, te das cuenta que si estás con una persona sólo por acompañar tu soledad, irremediablemtente acabarás no deseando volver a verla.
Aprendí que con la misma severidad con que juzgas, tambien serás juzgado y en algún momento condenado. Con el tiempo te das cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviend justo en ese instante. Con el tiempo verás que, aunque seas feliz con los que están a tu lado, añorarás a los que se fueron.